Recientemente hemos recibido instrucciones para ahorrar agua. Todos estamos de acuerdo en que el agua es un recurso precioso que hay que preservar.
¿Por qué estas medidas no van dirigidas a los grandes consumidores de agua? La agricultura intensiva de maíz, algodón y soja (incluso en desiertos y bosques devastados), las construcciones de concreto, los campos de golf o o la confección de ropa consumen mucha agua. ¿Qué se está haciendo concretamente para frenar el despilfarro masivo asociado a estas prácticas que vemos a nuestro alrededor?
¿Hace falta recordar que el 85% de las tierras cultivables de China ya no lo son y que los campos de Ohio y Iowa se han convertido en desiertos? Y para ir más atrás en el tiempo, la media luna fértil desde Jordania hasta Irak, cuna de la agricultura, es ahora un desierto.
Es más, estamos creando nuestra propia sequía al extraer agua del suelo, porque los suelos secos crean zonas de calor extremo.
Traducido con DeepL.com (versión gratuita)